El Pontífice apareció en silla de ruedas y con cánulas nasales de oxígeno, dos semanas después de su salida del hospital.
Dos semanas después de haber sido dado de alta del hospital y aún convaleciente por sus problemas de salud, el papa Francisco ha reaparecido este domingo ante los fieles católicos en la Plaza de San Pedro del Vaticano, al final de la misa del Jubileo dedicada a los enfermos.
En su silla de ruedas, escoltado por su enfermero personal, el Santo Padre apareció de sorpresa en el altar donde, el arzobispo Fisichella terminaba la celebración de la eucaristía en el quinto domingo de adviento y pronunció un breve saludo: “Feliz domingo a todos; muchas gracias!”.
Ante miles de cámaras y celulares, el Papa bendijo a los fieles congregados en la plaza de San Pedro y saludó uno a uno a un puñado de personas situadas detrás del altar. Su voz era frágil, pero más audible que cuando salió del hospital.
En medio de la emoción de los presentes, los lectores transmitieron a continuación su mensaje de acción de gracias. Francisco saludó “con afecto a todos los que han participado en esta celebración y agradece de corazón las oraciones elevadas a Dios por su salud, deseando que la peregrinación jubilar sea rica en frutos”.
Antes de dirigirse hacia el altar en la explanada de la plaza de San Pedro, informó la Oficina de Prensa vaticana, el Pontífice recibió el Sacramento de la Reconciliación en la Basílica de San Pedro, se recogió en oración y atravesó la Puerta Santa.
El papa Francisco aún se encuentra convaleciente tras su larga hospitalización por una neumonía bilateral, iniciada el 14 de febrero pasado en el hospital Gemelli de Roma, donde los médicos declararon que su vida corrió peligro en dos ocasiones durante su hospitalización y debe, en teoría guardar reposo estricto, sin actividad pública y sin contacto con los fieles.
Aunque el Vaticano ha reportado mejoras en los últimos días, la aparición pública del papa, la primera en el Vaticano desde su hospitalización, no había sido anunciada.
