Con el cierre del féretro del papa Francisco en una ceremonia privada este viernes, El Vaticano se prepara para dar el último adiós al pontífice que falleció el pasado lunes y recibió, en los últimos tres días, la despedida personal de más de 250.000 fieles católicos que acudieron a despedirlo hasta la capilla ardiente instalada en la basílica de San Pedro.
“Esperamos unas 200.000 personas mañana para el funeral, pero estamos preparados para acoger aún a más gente. Hemos ampliado las pantallas gigantes a la Piazza Cavour”, dijo el prefecto de Roma, Lamberto Giannini, al anunciar las medidas que se implementan en la ciudad para recibir también a las delegaciones oficiales que asistirán al entierro el Papa.
“Registramos una gran afluencia de fieles en San Pedro y tuvimos que aplicar momentos de cierre para evitar la aglomeración y que alguien en la cola no pudiera entrar. Alguien protestó, pero no hubo problemas”, agregó.
Presidentes y monarcas de todo el mundo anunciaron su viaje a Roma para asistir al funeral y se espera que al menos 150 líderes internacionales participen de la ceremonia de mañana.
Las delegaciones oficiales ocuparán el lado derecho mirando hacia la basílica. En primera fila, estarán los presidentes de Argentina, Javier Milei, y de Italia, Sergio Mattarella. A continuación estarán los monarcas, como el rey español Felipe VI, y el resto de presidentes por orden alfabético en francés.
Tras la misa en el Vaticano, el cortejo fúnebre recorrerá las calles de Roma hasta su última morada, pasando por frente a monumentos icónicos como el Coliseo.
El público podrá seguir la ceremonia en pantallas gigantes. Las autoridades estiman que decenas de miles de personas podrían presenciar el traslado de sus restos mortales.
El entierro de Francisco será el mismo sábado en la basílica de Santa María la Mayor, en Roma, el primero de un pontífice fuera del Vaticano desde León XIII en 1903.
