Andrónico Rodríguez se convierte en candidato y le da una oportunidad a la izquierda boliviana

Susana Bejarano*

Este 3 de mayo, el presidente del Senado boliviano, Andrónico Rodríguez, aceptó ser candidato a la presidencia del país andino en un acto organizado por un grupo de mineros en Oruro, una ciudad que se dedica a la minería desde el siglo XVI.

“Desde acá, queridos hermanos y hermanas, quiero expresar en respuesta a este pedido: acepto”. Así replicó Rodríguez a la invitación a ser candidato presidencial que le hicieron sectores de todas las regiones del país. «Me emociona recibir el respaldo de la gente», posteó posteriormente en sus redes sociales.

Andrónico escribió también que estaba respondiendo al mandato de las organizaciones sociales: «Siempre he manifestado que seré orgánico y respetaré las decisiones de nuestras bases, y hoy, al recibir a numerosas delegaciones que llegaron con tanto esfuerzo a esta convocatoria espontánea para entregarnos sus resoluciones de respaldo, tomé la decisión de aceptar este mandato y pedido popular, asumiendo la gran responsabilidad que se me encomienda en nombre de la unidad de todos nuestros sectores y organizaciones sociales del país», posteó.

Esta decisión estresa fuertemente el escenario político boliviano, pues, según las encuestas, Rodríguez es el mejor candidato de la izquierda para las elecciones presidenciales del 17 de agosto y, además, hasta ahora supera al mejor posesionado de la derecha por siete puntos.

Pero nada es de color de rosa en la política boliviana. La primera dificultad que enfrentará Andrónico será la interna, pues su decisión lo ha apartado de las dos facciones en las que hoy está dividido el bloque popular, una de seguidores al expresidente Evo Morales y la otra de adherentes del presidente Luis Arce.

El diputado evista Héctor Arce ya reaccionó al anuncio de Andrónico señalando que este «ha dado un zarpazo». «Traicionas al hombre que te puso en la política», le dijo a través de los medios de comunicación. Los evistas pretende que Morales sea quien vaya a las elecciones, pero el expresidente está inhabilitado por una sentencia del Tribunal Constitucional Plurinacional, la cual ha limitado la reelección en Bolivia. Se ha denunciado que esta sentencia fue promovida por el oficialismo.

Por otra parte, el Movimiento al Socialismo (MAS), que tiene como candidato al presidente Luis Arce, no ha dicho nada sobre Rodríguez, pero es probable que busque bloquear legalmente la postulación del joven senador. Tal es el método que la facción arcista ha empleado hasta ahora para deshacerse de sus adversarios. Arce busca ser la única opción de izquierda en las urnas.

Si se consolidase, la candidatura de Andrónico jubilaría a una generación política, desgastada por 20 años en el poder y por su lucha interna. Rodríguez significa una luz de esperanza para el bloque popular. A diferencia de lo que pasa con Morales y Arce, con él es posible imaginar una elección competitiva e incluso, con algo de suerte, la victoria electoral.

Convertir este sueño en realidad no será fácil, de cualquier forma, dada la situación de derechización que atraviesa el planeta y, sobre todo, la crisis económica boliviana, que ha empujado mucho y muy lejos la demanda ciudadana de cambio.

A diferencia de Evo o Lucho, Andrónico podría poner a la militancia de izquierda detrás suyo y atraer el voto de centro, pues su postura nunca ha sido radical. De él puede decirse que siempre estuvo más apegado a los pactos, a las buenas relaciones políticas y a las formas democráticas.

Aún no se ha revelado con qué sigla política correrá en las elecciones. Tiene tan solo dos semanas para armar una lista de candidatos al Parlamento y elegir a su acompañante de fórmula. Una tarea que no es menor en una clima político que exige, como nunca antes, perfiles políticos capacitados para resolver la crisis y devolverle la dignidad a un Parlamento devaluado.

La oposición de derecha tiene que estar preocupada. Si para ella esta elección era un paseo con un Luis Arce golpeado por los resultados económicos de rival, las cosas cambian con Rodríguez. La elección se ha tornado mucho más competitiva para todos.

*Susana Bejarano es politóloga, gestora cultural y feminista

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