Militares toman el control de Llallagua tras días de violencia y muerte

El Gobierno asegura que la ruta Oruro–Llallagua fue desbloqueada y que la población «siente nuevamente la presencia del Estado» tras la emboscada a policías.

En un intento por restaurar el orden tras los violentos enfrentamientos que dejaron cuatro policías muertos, el Gobierno nacional desplegó la noche de este jueves un contingente militar y policial a Llallagua, Potosí; los uniformados llegaron en tanquetas, camiones y vagonetas, y fueron recibidos por la población con aplausos y pañuelos blancos.

“Queremos que la población sienta la presencia del Estado”, afirmó el ministro de Gobierno, Roberto Ríos, al encabezar el convoy. “Basta de enfrentamientos entre bolivianos, basta de traer muerte y dolor”, expresó al llegar al municipio, luego de días marcados por emboscadas letales atribuidas a grupos afines a Evo Morales.

Con la intervención militar, la carretera Oruro–Llallagua fue declarada “expedita”, según confirmó la autoridad. “Justicia por los heridos, por nuestros oficiales caídos y para el pueblo que no quiere más enfrentamientos”, agregó.

El ingreso del convoy también aseguró el abastecimiento de insumos médicos y alimentos a los hospitales públicos y de la seguridad social en la zona. La ministra de Salud, María Renée Castro, informó que se atendieron a 191 personas heridas, producto de la violencia. “Hemos movilizado medicamentos, insumos y sangre para garantizar atención”, aseguró.

El operativo responde a una escalada sin precedentes en el norte de Potosí, donde, según el viceministro Aguilera, los ataques fueron premeditados y con el objetivo de “acabar con la vida” de los uniformados. Mientras tanto, el Gobierno acusa a actores políticos y comunitarios vinculados al evismo de haber organizado la emboscada.

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