Ambos bandos intercambiaron prisioneros, pero también se denunciaron bombardeos y ofensivas durante el alto el fuego decretado por Putin.
La tregua pascual de 30 horas anunciada por el presidente ruso, Vladimir Putin, fue opacada por un cruce de acusaciones entre Rusia y Ucrania sobre supuestos incumplimientos del alto el fuego.
Pese al clima de tensión, se concretó el mayor intercambio de prisioneros desde el inicio del conflicto: 243 por cada bando, más 31 heridos ucranianos por 15 rusos.
“Desde la mañana de Pascua, el Ejército ruso intenta aparentar un alto el fuego, pero en varias zonas siguen los ataques”, afirmó el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenski, quien denunció 387 bombardeos y 19 asaltos rusos hasta la medianoche del sábado, y otros 59 bombardeos con cinco ofensivas más la madrugada del domingo. “O Putin no controla su Ejército o no hay intención real de paz”, señaló.
Desde Moscú, el Ministerio de Defensa ruso sostuvo que sus tropas respetaron la tregua y permanecieron en sus posiciones. Sin embargo, denunciaron ataques ucranianos en Donetsk, Lugansk y en las regiones de Briansk, Kursk y Bélgorod. El gobernador ruso en Jersón también reportó ofensivas con drones y morteros en tres localidades.
El Ejército ucraniano negó las acusaciones, y calificó el ataque a Donetsk como “una provocación”. “Los canales de monitoreo del enemigo estuvieron en silencio y recién después difundieron información sobre supuestos bombardeos”, señaló el mando militar.
Estados Unidos y Reino Unido, mientras tanto, trabajan en una posible consolidación del alto el fuego. “Hace dos meses esto era inimaginable, pero ahora estamos avanzando”, afirmó Keith Kellogg, enviado especial estadounidense para Ucrania.