Sobre lo ocurrido en Llallagua, Morales negó estar detrás de los bloqueos y calificó los hechos como un “montaje” del Gobierno.
Tras los enfrentamientos en Llallagua que dejaron seis muertos, el Gobierno redobló sus acusaciones contra Evo Morales y lo señaló como responsable de un “gobierno paralelo” en Lauca Ñ, donde, según el viceministro de Régimen Interior, Jhonny Aguilera, el exmandatario estaría resguardado en una zona controlada por sus seguidores, al margen de la ley.
“Él está sitiando nueve manzanos como un fortín al estilo Vietnam, donde se decide sobre vidas y bienes”, declaró Aguilera, y aseguró que la Policía no ejecuta las órdenes de aprehensión vigentes contra Morales para evitar un conflicto civil. Afirmó además que los bloqueos y movilizaciones son financiados por actividades ilícitas, haciendo alusión a “14 toneladas de marihuana quemadas” que —según dijo— servían para sustentar las protestas.
Desde el otro frente, Morales negó estar detrás de los bloqueos y calificó los hechos en Llallagua como un “montaje” del Gobierno. “Soy enemigo de los bloqueos. Cuántas veces he rechazado y ahora todos me echan la culpa a mí”, afirmó. Las organizaciones afines a su liderazgo emitieron un comunicado declarando duelo nacional por las muertes y exigiendo una investigación internacional por el uso de armamento letal.
Aguilera calificó esa postura como “descarada” y defendió la actuación policial. “La Policía está de duelo. No eran campesinos, eran criminales disfrazados. Lo único que buscan es proteger a alguien con apetitos personales”, sentenció. También denunció que quienes no participan de las movilizaciones en la zona enfrentan amenazas de perder sus tierras y bienes.